jueves, 16 de diciembre de 2010

Enseñanza de la Farmacología: cómo construir pensamiento crítico e independiente

El conjunto de los fármacos aprobados para su uso médico es de un par de decenas de miles, tentativamente. Y cada año se agregan varias decenas. Muchos de esos nuevos fármacos son productos "me too" (es decir, representan una modificación poco más que trivial, y un intento de capturar una fracción de mercado, generalmente sin proveer un beneficio clínico adicional a los pacientes). En otras palabras, la aprobación regulatoria no debería ser sinónimo de "entronización" en la docencia universitaria. El tiempo y esfuerzo invertidos en listar (y recordar) una larga serie de fármacos similares podría estar mejor invertido en analizar críticamente la literatura que avala (o no) el uso de determinados fármacos bien establecidos como líderes de su clase, en base a criterios científicos y de costo-efectividad.

Por ejemplo: ¿para qué querríamos otro antagonista de los receptores de angiotensina, u otra estatina? (supuesto que no difirieran mayormente de los ya disponibles, es decir, que fueran "me too").

Postulo - con tristeza - que los docentes universitarios en la carrera de Medicina podríamos (a sabiendas o no) estar trabajando para los laboratorios farmacéuticos (y en desmedro de la calidad formativa de los futuros médicos) si no ponemos un poco de cuidado.

Hace pocos meses, el Congreso anual de la Sociedad Argentina de Medicina Interna General (SAMIG), presentó, entre otras actividades, una mesa sobre "fármacos interesantes aprobados en 2008-2010". Los profesores, Dres Waldo Belloso (Hospital Italiano) y Hugo O. Farina (Universidad de La Plata) brindaron un panorama basado en el análisis crítico de un grupo selecto de nuevas drogas: examinaron el balance riesgo/beneficio, analizaron costos, plantearon alternativas. Todo un ejemplo para revitalizar y re-enfocar la docencia, por lo que les estamos muy agradecidos.

Es hora de trabajar seriamente en la formación de las futuras camadas de médicos/as, para que tengan el entrenamiento y el hábito de examinar críticamente la evidencia, de analizar la información en forma independiente y de arribar a sus propias conclusiones fundadas.

De otro modo, una cátedra universitaria sería un triste "canal de promoción" de conceptos pre-digeridos, "enlatados", acuñados por el marketing farmacéutico.

Nuestro desafío es apoyar el desarrollo de una juventud médica despierta, independiente, crítica.

Dr. Pedro M. Politi

sábado, 27 de noviembre de 2010

Propoxifeno: Acciones regulatorias en EE.UU., Europa y Argentina

La Plata, 26 de Noviembre de 2010


Propoxifeno: novedades sobre su seguridad. Acciones reguladoras en EE.UU., Europa y Argentina


Martín Cañás1, Diego A. Marino2


El propoxifeno es un opioide utilizado para tratar el dolor leve a moderado. Se comercializa como monodroga o en combinación, habitualmente, con paracetamol. Se lo ha asociado a dependencia tanto física como psicológica (incluso con dosis terapéuticas) y a toxicidad cardiaca severa.
El 19 de Noviembre de 2010 la FDA emite un anuncio de seguridad donde sugiere la no continuación del uso de preparados que contengan propoxifeno, como monodroga o en combinación (habitualmente con un AINE) por el riesgo de toxicidad cardiaca severa y solicitó a los fabricantes el retiro voluntario de los productos que contengan dicho principio:


Así Xanodyne Pharmaceuticals Inc. anunció el retiro de Darvon (propoxifeno) y Darvocet (propoxifeno + paracetamol):


En otro comunicado de la misma fecha la FDA hace mención del retiro voluntario de Darvon y Davorcet, reconoce que los riesgos superan los beneficios en el alivio del dolor y solicita a los frabricantes de genéricos que contengan el propoxifeno removerlos del mercado.
Finalmente recomienda a los profesionales detener la prescripción de preparados que contengan el principio activo, alertar a los pacientes en tratamiento actual del riesgo de toxicidad cardiaca y plantear estrategias alternativas para alivio del dolor.


¿Es nueva la evidencia de riesgo de toxicidad cardiaca asociada a propoxifeno?

En 2008 Public Citizen de los EE.UU. solicita a la FDA el retiro de todos los productos que contengan propoxifeno argumentando el riesgo de toxicidad cardiaca severa, potencial adictivo sin beneficios clínicos superiores a otros opiáceos más seguros. La FDA no respondió positivamente al pedido.


En Junio de 2009 el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos, una reevaluación de la relación riesgo-beneficio, debido al riesgo de muerte por toxicidad respiratoria y cardiaca, observada en situaciones de sobredosis accidental o deliberada.. El CHMP concluyó que en el momento actual los riesgos potenciales de dextropropoxifeno superan los beneficios esperados del tratamiento, en particular por el riesgo que entraña una posible sobredosis. La Comisión Europea (CE) pidió en la decisión de 14 de junio de 2010, el retiro del mercado de la Unión Europea de todos los medicamentos que contienen dextropropoxifeno. Asimismo solicitó que esta decisión tuviera efecto en un plazo máximo de 15 meses.
Esta suspensión se está llevando a cabo gradualmente en los diferentes países. Por ejemplo en España la AEMPS comunicó, que la suspensión de comercialización de dextropropoxifeno se haría efectiva a partir del día 1 de octubre de 2010, mientras que en Francia se anuncio a raíz de la información proveniente de la FDA, que se fijaría una fecha definitiva.


¿Qué pasa en Argentina?

En 2009 luego de la comunicación de la Agencia Europea , la ANMAT, emitió un comunicado donde señalaba que “...Es conveniente que los médicos y pacientes recuerden los riesgos del uso de estas asociaciones y los laboratorios hagan un seguimiento de efectos adversos ocurridos con los medicamentos que contienen dextropropoxifeno en especial en comprimidos...“
La ANMAT emite un comunicado el 24 de noviembre de 2010 donde plantea la necesidad de evaluar un cambio en los prospectos, farmacovigilancia proactiva específica para propoxifeno y recomienda a los profesionales un seguimiento estrecho de los pacientes que utilicen el principio activo.



Productos en venta en nuestro país que contienen Dextropropoxifeno


Artifene - Northia
Comprimidos: Dextropropoxifeno + dipirona. 98mg/400mg
Frasco ampolla , inyectable: Dextropropoxifeno + dipirona. 50mg/1.500mg/5ml

Dorixina Forte - Roemmers
Comprimidos recubiertos : napsilato de dextropropoxifeno 98 mg y clonixinato de lisina 125mg;
Ampolla de 5ml contiene: clorhidrato dextropropoxifeno 50mg; dipirona 1500mg.

D-P – Klonal
Comprimidos : Dextropropoxifeno - Dipirona

Duncan
Dextropropoxifeno - Dipirona

Klosidol B1 B6 B12 – Bago
Comprimidos: napsilato de D-propoxifeno 98mg, Dipirona sódica 400mg cianocobalamina 1.000mcg, clorhidrato de tiamina 50mg, clorhidrato de piridoxina 50mg.
Supragesic – Beta
Comprimidos: Napsilato de dextropropoxifeno 98mg, ibuprofeno 400mg.
Frasco ampolla inyectable contiene: lisinato de ibuprofeno 400mg.
Ampolla Contiene: Clorhidrato De Dextropropoxifeno 50mg.

Surar - Pharma
Frasco ampolla Inyectable: Dextropropoxifeno – Dipirona.
Vicefeno - Fabra
Comprimidos: Napsilato de dextropropoxifeno 98mg y dipirona sódica 400mg.
Ampolla: clorhidrato de dextropropoxifeno 50mg y dipirona sódica 1500mg.






Artículo publicado originalmente en www.farmacoaplicada.org.ar

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Agradecemos enormemente a Pedro el lugar en el blog para difundir este tipo de novedades en colaboración.

domingo, 29 de agosto de 2010

Adherencia a la terapia y decisiones sobre la dosis

Los médicos tenemos varios problemas a la hora de lograr que una recomendación terapéutica sea llevada a cabo por el paciente. La propia expresión utilizada por los médicos ("adherencia") tiende a ubicar al paciente "en un lugar", el del que debe obedecer. Peores eran las expresiones "cumplimiento", y también el anglicismo "compliance". Alguien manda y alguien obedece.

El paciente usa su autonomía para decidir: si algo no le convence, posiblemente decida no iniciar - o abandonar - un tratamiento. Si se establece una resistencia, y la detectamos, será bueno invitar a la conversación, estando dispuesto a la escucha, a conocer qué sucede.

Hay muchas escuelas de pensamiento médico que sostienen que puede mejorarse la adherencia: estableciendo una "alianza terapéutica" con el paciente, compartiendo los objetivos declarados de la terapia y las pautas de evaluación ("tomarle examen al tratamiento": a mucha gente le encanta), comprender para qué sirve cada cosa, qué señales de alerta. Como decía la Lic Diana Braceras: "el paciente en la cabina de comando"... pero indicando el destino en general, no diciendo "cómo tienen que ir los alerones ni los controles de vuelo".

Hay diversas herramientas que pueden ayudar a mejorar la adherencia (recordatorios, volantes ("flyers"), imanes para la heladera, pastilleros, tablas con el cronograma para prescripciones complejas. Hay intervenciones: llamados telefónicos, personal en el domicilio que ayude con la medicación, tomas bajo supervisión directa (pacientes debilitados, y el cuestionable método en tuberculosis). En fin... hay formas. Pero lo fundamental es llegar a un entendimiento, a un acuerdo o pacto, a una alianza terapéutica, en un contexto de libertad.

Y ahí es donde llegamos al concepto de la dosis prescripta, o posología recomendada por el médico. Suelo preguntar a mis estudiantes de Farmacología en la carrera de Medicina de la UBA: “¿quién decide la dosis?”. Hago esto con el fin de reforzar el concepto de la responsabilidad profesional por la selección de una dosis adecuada a la situación fisiopatológica, ambiental, subjetiva, genética del paciente. Una dosis individualizada. Porque después de todo, “todo es medicamento, todo es veneno; la diferencia es la dosis”, dicen que dijo Paracelso alrededor del año 1500.

Pero la vida da sorpresas:

Comparto una interesantísima respuesta de una distinguida estudiante de Farmacología I (tercer año de la carrera de Medicina en la UBA) sobre el tema de la adherencia a la terapia, y sobre "quién controla la dosis". Resalté en amarillo unos conceptos que no tienen desperdicio.

Yo creo que la dosis resulta de un trabajo conjunto, entre los que fabrican el medicamentos, los que lo recetan y los que lo consumen. Porque, a fin de cuentas, el médico puede recomendar un plan de administración que le parezca conveniente, pero es el paciente quien debe respertarlo. Siempre hablando de un paciente ambulatorio, claro; si se trata de alguien internado es más fácil el control sobre la administración de los fármacos.

Al circular esta reflexión entre los estudiantes de quinto año (que cursan Farmacología II), una respuesta resaltó el rol de “conformar un equipo” con el paciente. En otras palabras, el concepto de la "alianza terapéutica": un acuerdo entre el paciente y el/los médico/s (y otros profesionales del equipo de salud) para llevar adelante un abordaje. Una ¨"sana sociedad".

En los cursos de Farmacología enfatizo el rol del médico en la selección de la dosis, como disociación instrumental, como subrayando nuestras responsabilidades al decidir una posología (dosis) recomendada. Luego, naturalmente, se requieren dos para el tango, y la dosis realmente recibida será otra cosa, sometida a diversos otros factores.

En cuanto al rol de los laboratorios farmacéuticos en determinar la dosis, ellos realizan los ensayos clínicos (o los financian) y pudiera suceder que las dosis recomendadas fueran incorrectas (raro, pero sucede), o que no se adaptaran a las circunstancias, ambiente, subjetividad, fisiopatología y genética del paciente individual (muy frecuentemente sucede). Es responsabilidad del médico hacer esta adecuación personalizada.

Saludos, y gracias por los aportes.

Dr. Pedro Politi

viernes, 25 de junio de 2010

Fármacos interesantes aprobados en 2008-2010

¿Qué nuevos fármacos aprobados entre 2008 y 2010 parecen más interesantes o relevantes para la práctica clínica general?

Aclaro que estamos acotando la búsqueda a los aprobados como "nueva entidad molecular" (nueva droga) o nuevos agentes biológicos; no a nuevas formulaciones ni a nuevas indicaciones de productos ya existentes.

En una rápida mirada, y con mi sesgo de oncólogo, subrayo: metil-naltrexona inyectable, para el tratamiento de la constipación severa o del íleo por narcóticos; posiblemente, dronedarona como alternativa no-tirotóxica, no-neumotóxica en la terapia oral de la fibrilación auricular. El rol del prasugrel como fármaco antiplaquetario que exhibe menos interacciones farmacocinéticas que el clopidogrel, y reduce un 20% más la trombosis de stent, pero aumenta en otro tanto el riesgo de sangrado... ya no parece tan atractivo.

Si bien es efectivo en un subgrupo pequeño de pacientes, el tolvaptan, antagonista de los receptores V2 a la vasopresina/hormona antidiurética, representa una alternativa terapéutica interesante en la terapia de la hiponatremia por secreción inapropiada de ADH.

De cara al resto del 2010, nos queda especular sobre las probabilidades de aprobación de alguno de los inhibidores de proteasa del virus de la hepatitis C, activos por vía oral (hay varios, incluido el telaprevir, de Vertex), para ser usados en combinación con interferón y ribavirina. Del mismo modo, el agente biológico belimumab, un anticuerpo monoclonal que, de aprobarse, sería el primer fármaco específicamente licenciado para su uso en lupus eritematoso sistémico (LES) en los últimos 50 años. El belimumab es un anticuerpo monoclonal dirigido contra el factor estimulador de linfocito B, también llamado factor activador de célula B. Este agente fue superior a placebo en dos ensayos de fase III de al menos un año de duración, en pacientes con LES no-respondedor a medidas convencionales.

Invito a los/as lectores/as a sugerir sus fármacos-candidato. Recuerden: nueva molécula, y aprobado/a entre 2008 y 2010. Puede ser un agente químico o biológico. Y lo más importante: recuerden fundamentar, en un breve comentario, el porqué.

Saludos cordiales,
Pedro Politi

Maltrato, ineficiencia y desidia en la matriculación de jóvenes profesionales de la Salud

"Buenos días! Por favor, pasen y tomen asiento. Enseguida comenzaremos a procesar su solicitud de matrícula de (médico/a, enfermero/a, kinesiólogo/a, nutricionista, etc) según los turnos dados via Internet. Por favor tenga su documentación a mano".

¿Cuánto costaría que el ineficiente y poco educado ministerio de Salud de la Argentina recibiese adecuadamente a los jóvenes graduados en las diversas disciplinas de la atención de la Salud?

No les dio el interés, ni el profesionalismo, ni la capacidad. De hecho, los profesionales se ven obligados a formar fila en la calle, desde las 3 de la madrugada, para poder acceder a los "80 turnos" que se entregan el mismo día, en la puerta del ministerio, sin planificación alguna, sin seguridad, sin comodidades y sin el menor respeto.

¿Qué "autoridad" espera comandar el ministro sobre estos profesionales a los que trata como basura desde el primer momento?

¿Es ésta la visión que el funcionario de turno tiene de los miembros del equipo de Salud? Vergüenza para el ministro.

Pero no quiero que nos hagamos cargo de sus dislates, ineficiencias y fantochadas: hago presente aquí el aprecio por esos jóvenes, muchos de los/las cuales nos enorgullecen y nos llenan de esperanzas.

Ya lo saben, estimados/as colegas y compañeros/as de equipo: ése está puesto "a dedo", y no le importamos, ni le importa la Salud. Nosotros construiremos juntos otra cosa, otro proyecto, otra comunidad. Dejemos que los representantes de la burocracia oxidada e inútil se queden en sus oficinas, y vayamos a lo nuestro.

Sinceramente,
Dr. Pedro Politi

martes, 22 de junio de 2010

¿Qué trato reciben los nuevos profesionales de la Salud en el Ministerio?

No es forma de organizar un ministerio de Salud. Ni es forma de tratar a los nuevos graduados.
La Universidad otorga - luego de años de esfuerzos, desvelos y estudios - un diploma de grado a los nuevos enfermeros, kinesiólogos, nutricionistas, médicos y otros profesionales del equipo de Salud.
Pero cuando ellos y ellas buscan matricularse en el ministerio, deben hacer cola desde las 3 de la mañana, en el frío invernal, ante la desidia de los empleados que concurren, pero no los dejan ingresar al edificio ("podrían ser piqueteros" fue la doblemente inaceptable respuesta).

¿Es ésta la forma en que un ministerio decide iniciar la relación con los profesionales? El ministro que ganó fama con la manipulación de las estadísticas de mortalidad infantil en Tucumán no tiene estatura moral para maltratar a la gran esperanza de la Salud: sus flamantes profesionales. Ni estatura moral, ni cara. ¿Acaso no hay forma de organizar un sistema de turnos por internet?

Registremos que éste es el primer encuentro entre estos jóvenes y la patética burocracia de la salud, así, con minúscula. La que nos brinda la desigualdad flagrante en mortalidad materna e infantil a lo ancho de nuestro territorio. La que maquilla las estadísticas. La que hace del "qué vas a hacer" un lema de vida. No queremos eso. Y no los queremos maltratando a nuestros jóvenes graduados.

Es una vergüenza que se maltrate de este modo a quienes son, realmente, nuestra gran esperanza.

Dr. Pedro Politi

domingo, 30 de mayo de 2010

Cuántos médicos argentinos usan tests farmacogenéticos?

Muy pocos. Los por qué habría que buscarlos entre una variedad de motivos: limitaciones en la información y actualización, desinterés por embarcarse en un área nueva que obliga a estudiar, dudas sobre la relevancia clínica de la herramienta farmacogenética, apego a los "modos establecidos de hacer las cosas" y resistencia al cambio, conflictos de interés (temor a perder beneficios económicos o a perder el control de la relación médico-paciente).

En la otra esquina, los abogados leen, deleitados, los prospectos de numerosos medicamentos, en los que por autoridad de la FDA se ha incluido la fuerte recomendación o la obligatoriedad de realizar algunos tests farmacogenéticos para identificar a los pacientes con mayor probabilidad de beneficio, o con mayor riesgo de toxicidad grave o letal, o que requieran un ajuste posológico no contemplado en los algoritmos de uso corriente.

Corren tiempos fabulosos... para los abogados. La FDA lo hizo.

Clopidogrel, Omeprazol, anticoagulantes orales (warfarina, acenocumarol), citotóxicos como el fluorouracilo y la capecitabina, así como el irinotecan. Y sigue la lista.

Cordialmente,
Dr. Pedro Politi

martes, 18 de mayo de 2010

Otro ensayo negativo sobre teléfonos móviles y cáncer

Hola!

Como siempre, con sus detalles: se realizaron entrevistas a 5100 casos de tumores cerebrales (gliomas y meningiomas) y otros tantos controles, en 13 países.

El estudio es negativo, y fue publicado recientemente en una prestigiosa revista de Epidemiología.

Pero excluyeron niños: para aumentar el poder estadístico, se concentraron en la franja etaria 30-59 años.
Siempre queda algún tema por investigar.

Otro punto preocupante es que los fabricantes de celulares financiaron una parte del estudio, a través de un mecanismo "lejano", declarado, y dijeron que no tuvieron injerencia en el diseño ni en el análisis ni publicación.

Ya en 2001, comentaba sobre otro ensayo, más extenso, en casi toda la población de Dinamarca, también negativo.

Saludos,
Pedro

sábado, 8 de mayo de 2010

Nevibolol: ¿ventajas reales o simplemente otro beta-bloqueante más?

El nevibolol (también denominado nebivolol) es un beta-bloqueante cardioselectivo, marcadamente lipofílico, desarrollado inicialmente en Europa (lab Menarini) y aprobado por la FDA en diciembre del 2007 para la terapia de la hipertensión arterial. Su empleo en insuficiencia cardíaca, si bien fue examinado en ensayos clínicos aleatorizados, representa un uso "off label" (fuera de indicación aprobada) en los EEUU.

El fármaco ha sido aprobado para usarse en una sola toma diaria, habitualmente, de 5 mg. Los ensayos clínicos han explorado un rango de dosis entre 2.5 y 40 mg diarios.

Diversas observaciones mecanísticas han sugerido un efecto vasodilatador adicional al esperable por el bloqueo beta-adrenérgico, y han apuntado a un incremento en la producción de óxido nítrico y a una mejoría en la función endotelial (Pasini AF et al. Amer J Hypertens 2008; 21: 1251-7: Pronko TP, et al. Clin Physiol Funct Imaging 2009; 29: 170-6).

Ensayos pequeños, en voluntarios sanos, sugirieron inicialmente que el nebivolol podría asociarse con menor riesgo de alteraciones del sueño (indicadoras de efectos adversos sobre el sistema nervioso central) que otros beta-bloqueantes (Yilmaz et al. Adv Ther 2008; 25: 871-83) , pero el tema no se ha clarificado en forma suficiente. De hecho, la liposolubilidad del fármaco hace pensar en esta posibilidad adversa (Kumar A et al. Indian J Physiol Pharmacol 2007; 51: 182-8)..

El nevibolol tiene al menos un metabolito activo, y es procesado por el sistema microsomal CYP 2D6, lo cual lo hace susceptible a interacciones farmacológicas.

La FDA tuvo en cuenta cuatro ensayos aleatorizados, a doble ciego, en hipertensión arterial (uno de ellos con más de 2.000 pacientes) para brindar su aprobación, restringida a esa indicación. En un ensayo sobre 114 pacientes, el nevibolol normalizó la tensión arterial o la redujo en 10% o más del valor de línea de base, en 65% de los pacientes (van Bortel LM, et al. J Cardiovasc Pharmacol 1993;21: 856-62).
Un ensayo de corto plazo (21 semanas) en 669 pacientes hipertensos insuficientemente controlados con su terapia habitual, mostró que la adición de nevibolol en dosis entre 5 y 20 mg diarios redujo en forma dosis-dependiente la tensión arterial sin incrementar significativamente la tasa de efectos adversos, respecto de adicionar placebo (Neutel JM et al. J Human Hypertension 2010; 24: 64-73).
Una reciente revisión de los ensayos clínicos con nevibolol (Cheng, Clin Ther 2009; 31 : 447-62) concluyó que el nevibolol fue al menos tan efectivo en la reducción de la tensión arterial como otros beta-bloqueantes (atenolol y bisoprolol), inhibidores de la ECA (lisinopril y enalapril), antagonistas de receptores a la angiotensina (telmisartan) y bloqueantes de canales de calcio (nifedipina y amlodipina). Sin embargo, no hay ensayos publicados que hayan evaluado la eficacia del nevibolol en los desenlaces (outcomes, resultados) a largo plazo y en la prevención de complicaciones de la hipertensión arterial.

Respecto de los ensayos clínicos con nevibolol en insuficiencia cardíaca:
En pacientes mayores de 65 años con función ventricular deteriorada o preservada, el ensayo denominado SENIORS sugirió que el nevibolol era similar en ambos subgrupos, pero no mostró impacto significativo en mortalidad total ni de causa cardiovascular .(van Veldhuisen, et al. J Am Coll Cardiol 2009;53: 2150-8).
Se ha iniciado un ensayo aleatorizado con nevibolol entre 2.5, 5 y 10 mg diarios versus placebo en insuficiencia cardíaca con disfunción diastólica: Kamp O et al. Clin Res Cardiol 2010; 99: 75-82.

El fármaco no se halla cubierto por el descuento del 70% brindado en la Argentina a los "tratamientos crónicos"... (cuyo lobby hubiese sido suficiente para ingresar en el listado anexado a la resolución ministerial número 310, del año 2004). Por lo tanto, su precio resulta comparativamente más elevado que el de otros bloqueantes beta-adrenérgicos disponibles.
La edición en línea del Manual Farmacéutico (www.alfabeta.net) indica un precio de lista de $ 91.36 por 28 comprimidos de 5 mg (Nebilet, de Menarini) con un descuento de 40% por PAMI - pero con 65% de descuento por IOMA.
Otras marcas comerciales del mismo fármaco: Nabila, de Raffo, con un precio de lista de $ 80.26 y descuento del 75% por IOMA, en base al mecanismo de "cobertura por monto fijo", que se fija en función del precio del producto más económico en el mercado y recompensa al paciente por elegir el producto menos oneroso. Este producto incluye presentaciones de 2.5 y 10 mg, no alcanzadas por el descuento de IOMA.
Otro producto lleva la marca Syncrocor (de IVAX) con un precio de lista de $ 77.48 por 28 comp x 5 mg, con un descuento por IOMA que llega al 77%.

Vale la pena detenernos un instante para examinar el monto a pagar por el paciente al momento de adquirir el medicamento, bajo un sistema de cobertura "por monto fijo": si elige el de Menarini, deberá abonar $ 31.87, en tanto que si elige el más económico, su gasto de bolsillo será de $ 17.99. Realmente, este sistema de cobertura brinda una posibilidad de controlar mejor el gasto del afiliado.

Ningún sistema de cobertura podrá resolver lo que la ANMAT se rehusa a poner en efecto: un contralor riguroso de biodisponibilidad y bioequivalencia de todas las "copias" y "originales" disponibles, de modo que el usuario (el paciente) pueda conocer la calidad de lo que compra, además del precio.

A qué le teme la ANMAT? A qué le temen los laboratorios?

Recordemos que Joan Manuel Serrat cantaba que "los fantasmas no son nada si les quitas la sábana". Calidad es.... calidad probada y demostrada, por los métodos que representan el "estado del arte". Y es inadmisible pretender que sean "genéricos bioequivalentes" una serie de productos no testeados al respecto.

Médicos y pacientes navegamos a oscuras respecto de los medicamentos en la Argentina.

"Corren tiempos fabulosos... tiempos para equilibristas" - de nuevo, Joan Manuel Serrat.

Nota 1: referencias bibliográficas serán incorporadas en breve.
Nota 2: agradezco a Guillermina Tizi, distinguida estudiante de Medicina (UBA) por su búsqueda bibliográfica sobre este tema.

viernes, 12 de marzo de 2010

Clopidogrel: menos efectivo si pobre activación metabólica

La FDA ha emitido un alerta, en que reconoce que el fármaco antiplaquetario clopidogrel es menos eficaz en pacientes con baja capacidad metabólica de CYP 2C19 (y consiguiente menor bioactivación, menor formación del metabolito activo).



Esto motivó una advertencia destacada en recuadro y en tipo de letra en negrita ("black box warning") en el prospecto del clopidogrel en los EEUU.

http://www.fda.gov/Safety/MedWatch/SafetyInformation/SafetyAlertsforHumanMedicalProducts/ucm204256.htm

En una entrada previa en este blog se analizó una interacción farmacológica que implicaba menor bioactivación de clopidogrel : http://farmacoymedicina.blogspot.com/2009/07/interaccion-omeprazol-clopidogrel.html

Parece que el péndulo de opinión de la agencia regulatoria se va inclinando hacia considerar los polimorfismos genéticos (farmacogenómica) y su relevancia clínica. Una dificultad es el costo actual de los tests genéticos, y otra - también importante - es la actitud que tengan los médicos respecto de estos llamados de atención.

Cordialmente,
Dr. Pedro Politi

miércoles, 10 de marzo de 2010

Condiciones de venta de medicamentos en la Argentina

Repasemos las condiciones de venta de medicamentos en la Argentina:

1. venta libre - sin receta, sin control. Y su publicidad masiva está permitida... "siempre que no incite a la automedicación". Uno se pone a pensar qué pasaría por la mente de quien redactó el artículo 19 de la ley argentina de medicamentos (ley 16.463, del año 64, o "ley Oñativia"). Publicitar un producto es incitar al consumo. Un medicamento de venta libre se usa básicamente como automedicación. Y? Ese artículo de la ley es un oxímoron. En otro artículo me referí a los prospectos de estos medicamentos: como suelen venderse por "blister", no hay prospecto que llegue a manos del usuario - que se automedica y está "por las suyas".

2. venta bajo receta ("receta simple", en la jerga). Como no se pide archivarlas ni presentarlas, de hecho no hay contralor posible: no hay forma de saber si hubo receta o no - salvo que sea a través de un "tercer pagador" (prepaga, obra social), que quiere la receta a los fines de la facturación y pago de descuentos. Si uno paga de su bolsillo...no quedan rastros.

3. venta bajo receta archivada: hipnóticos, sedantes, antidepresivos, anticonvulsivantes, analgésicos del tipo codeína o tramadol. No para narcóticos poderosos. Esto proviene de la misma legislación citada, más modificaciones posteriores.

4. venta bajo recetario oficial por triplicado ("bajo receta y decreto" en la jerga burocrática): se entregan (se cobran!) talonarios de 20 recetas al médico, contra registro de su matrícula (hace unos meses, 40 pesos por talonario) en ANMAT-INAME. Hay uno para estimulantes anfetamínicos (color rosado) y otro para narcóticos poderosos (color verde). Limita a 10 (diez) el número de días de tratamiento. Como la legislación originaria es muy antigua, denominó "psicotrópicos" a los anfetamínicos - y también a los fármacos del punto precedente - y "estupefacientes" a los narcóticos poderosos (morfina, fentanilo y derivados, oxicodona, metadona, hidromorfona). Algunos narcóticos pueden expenderse bajo receta archivada (punto 3) a ciertas dosis, y en dosis mayores, requieren recetario oficial. Algunos anfetamínicos gozan de excepciones al punto presente, por motivos que sería arduo y desagradable debatir (muchos años atrás, hubo quien hizo lobby y...).

5. prohibida su comercialización, producción, etc, etc: LSD, cocaína, crack, heroína, GHB, éxtasis, metanfetamina y otros.

Debatimos sobre este tema?
Saludos,
Pedro Politi

domingo, 28 de febrero de 2010

Médicos argentinos - asistenciales, docentes e investigadores. Modelos locales para estudiantes de Medicina

Como estudiante de Medicina en la Universidad de Buenos Aires, quisiera ofrecer un comentario sobre algunos Médicos que han, en estos cinco años, sido objeto de mi atención, todos ellos por su compromiso con la profesión. No obstante, es muy injusto limitarme a quienes consiguieron el título de médico; son numerosas las contribuciones al titánico universo de la medicina pertenecientes a personas sin (ese) título. Claros ejemplos son Louis Pasteur y César Milstein, entre otros. A todos ellos, mi profundo y respetuoso reconocimiento. De hecho, en el libro La Ciudadela (altamente recomendable para estudiantes de medicina, por cierto), de A. J. Cronin, el personaje principal, el Dr. Andrés Manson, arriesga su matrícula al asociarse con un sujeto no-médico que tenía amplia experiencia en el tratamiento de la tuberculosis, con el único fin de hacer el bien (y lo logran...).

Podría, muy apropiadamente, comenzar con el Dr. Bernardo Houssay, el primer premio Nobel de Medicina no sólo de nuestro país, sino también de toda Latinoamérica. Desde mi pequeño lugar de alumno, para mí es un orgullo decir que me formo en la misma Facultad en que él estudió, enseñó e investigó. Pocos saben que en el primer piso del sector Uriburu está el Museo de Historia de la Medicina, en el que se hallan muchos de los instrumentos que usó este forjador de la Medicina. Pero más triste aun es que pocos saben quién fue y qué hizo, y que él y su equipo llevaron la Escuela de Fisiología argentina al conocimiento del mundo. Se comenta por los pasillos de la facultad que no su trato con la gente que lo rodeaba no era muy, digamos, aceptado, y que los alumnos lo apreciaban sólo por sus conocimientos y no por sus habilidades sociales. Pero de más está decir que eso no cambia ni desvaloriza todo lo que consiguió por la Ciencia. Destaco las siguientes palabras suyas:

No deseo estatuas, placas, premios, calles o institutos cuando muera. Mis esperanzas son otras. Deseo que mi país contribuya al adelanto científico y cultural del mundo científico actual. Que tenga artistas, pensadores y científicos que enriquezcan nuestra cultura y cuya obra sea beneficiosa para nuestro país, nuestros compatriotas y toda la especie humana.


El Dr. Federico Leloir también ganó un premio Nobel de Medicina, por su trabajo sobre los nucleótidos derivados del azúcar. Me causa un poco de gracia que tuvo ciertos inconvenientes con Anatomía: tuvo que rendir el final correspondiente en cuatro oportunidades. Pero lo importante es que quienes lo hayan descalificado -si es que alguien lo hizo- por su dificultad con esa materia del primer año, se habrán dado cuenta que una cosa no quita la otra, o sea que cuatro bochazos en una materia no eliminan la posibilidad de un Nobel.

El Dr. Eduardo De Robertis (padre) fue un médico con una amplia trayectoria en el campo de la investigación, parte del cual desarrolló en nuestro país, en la cátedra de Histología, y otra parte en el exterior. Es muy conocido su libro Biología celular y molecular de De Robertis, obra que, en realidad, es una edición revisada por su hijo, Hib y Ponzio, y cuyo nombre original fue Citología general y molecular. Poco conocimiento tiene el rumor que dice que su amabilidad fue depuesta de manera perentoria cuando se le negó el premio Nobel que recibieron Katz, von Euler y Axelrod, respectivamente británico, suizo y estadounidense, en 1970, por:

their discoveries concerning the humoral transmittors in the nerve terminals and the mechanism for their storage, release and inactivation
.

De Robertis había logrado identificar, antes, los neurotúbulos y las vesículas sinápticas, imprescindibles para la transmisión humoral.

No podría faltar el Dr. René Favaloro. Médico argentino, brillante en su especialidad, fue reconocido en todo el mundo por sus aportes a la cardiología y cirugía cardiovascular, al punto que, por ejemplo, en la Universidad de Tel Aviv (Israel) existe una Cátedra de Cirugía Cardiovascular con su nombre. Sólo una de sus contribuciones a la Medicina es haber diseñado el by-pass coronario, o derivación aortocoronaria, en la Clínica de Cleveland, Estados Unidos. De médico rural en La Pampa, a la Fundación y Universidad que llevan su nombre. Pero también se lo recuerda, antes y luego de su trágica muerte, por su alta calidad humana, con la que empapaba a cada paciente que trataba e inundaba cada conferencia que daba. Su compromiso con la docencia le ha merecido el título de Maestro, título que no está certificado en ningún papel, sino validado en el corazón de sus aprendices. A este propósito, cito un fragmento de Don Pedro y la educación, libro de su autoría:

A mi entender lo que más debe preocuparnos es volver a despertar en los niños y en los adolescentes los valores esenciales, sin los cuales poco importa su capacitación técnica o profesional. Es indudable que la única manera posible es por medio de una sólida formación humanística. Una vez más, entendámonos bien, como lo estableció con claridad don Pedro Henríquez Ureña: humanismo militante con profundo contenido social en defensa de la libertad y la justicia. La educación estará permanentemente centrada en la búsqueda "del hombre libre abierto a los cuatro vientos del espíritu", entendiendo que el goce de la libertad individual conlleva un compromiso social en procura de un ideal, una utopía, "el ideal de la justicia" en busca de la "magna patria", "la tierra de la promisión para la humanidad cansada de buscarla..."

Sugiero el siguiente fragmento de una entrevista que se le realizó, como prueba y muestra de lo dicho: http://www.youtube.com/watch?v=KsEF4BXpHak&feature=related

Estoy seguro de que nos sobran modelos de médicos argentinos que vale la pena admirar, aquellos comprometidos con la Medicina, con la Ciencia, y más necesario aun, comprometidos con sus pacientes. Y sólo mencioné a cuatro, de muchos.

Mi opinión es que cualquiera de nosotros podría ser, en el futuro, tan trascendental como los doctores Houssay o Favaloro; dudo mucho de que se trate de tener muchas neuronas. Este último dijo en la entrevista referenciada ut supra:

...yo no creo en los genios; los genios no existen. Lo que existe es el esfuerzo, el sudor, el trabajo y la dedicación, dentro de una línea ética.

Creo que pasa, también, por tomar unos minutos de reflexión y decidir qué nivel de compromiso vamos a asumir: por ahora, con nuestra formación de pregrado, y más adelante con nuestros pacientes, o con la investigación, la ciencia y la sociedad, si la medicina asistencial no es la elección. Es fundamental no olvidar que Universidad viene de "universo", pero lamentablemente mucha gente cree -tal vez sin haberlo razonado- que alcanza con saber mucho de una disciplina para ser bueno en ella: ojalá que algún día se retome oficialmente el concepto de formación universal, sí con un núcleo determinado como puede ser Medicina, que incluya en la periferia a todo lo demás: arte, filosofía, literatura, historia, política...

¿Vamos a estudiar para zafar, o para aprender? ¿Nos vamos a sentar a estudiar la menor cantidad de tiempo posible, o la que haga falta? ¿Vamos a memorizar o a entender? ¿Nuestro modus operandi (como sarcástica -y a la vez perspicazmente- ejemplificó una docente de Patología durante un final) va a ser aspirina para el dolor por arriba del diafragma, y buscapina si es por debajo del mismo, o nos vamos a tomar el tiempo para hacer unos adecuados anamnesis y examen físico, y arribar al diagnóstico correcto?

Un saludo para todos los lectores, y para el Dr. Politi un agradecimiento por ceder el espacio para expresar estas ideas.



Ignacio Santarelli

miércoles, 24 de febrero de 2010

Algo sobre nuestras fuentes (Fuentes de información: desafío para médicos y estudiantes 2)

Esta entrada surge como una respuesta a Fuentes de información: un desafío para médicos y estudiantes escrita por el Dr. Pedro Politi.

Ante todo quisiera dejar en claro que lo escrito en esta entrada es una opinión estrictamente personal.
En segundo lugar quiero decir que claramente existen exepciones de cátedras, docentes o libros respecto a lo que desarrollo más adelante.
En tercer lugar, destaco que no me interesa buscar culpables o apuntar con el dedo, sino que estoy más interesado en las soluciones.
También quiero agradecer al Dr. Politi por sus aportes y por llevar adelante este espacio de reflexión e invitarme a contribuir, en lo que pueda, al mismo.


Estimado Pedro, la situación en la U.N.L.P. no dista de la que se describe en tu artículo y comentarios.
Con respecto a los libros de texto que se utilizan para las distintas materias una buena parte podrían entrar en la categoría “libro de cátedra” que de alguna u otra forma, directa o indirectamente, se sugiere leer. Personalmente creo que muchos de los libros de los que se nos sugiere estudiar, más frecuente en las especialidades, no son del todo adecuados (es una concepción personal, y no una valoración de calidad, bueno/malo). La mayoría son “libros de tapa dura”. Habitualmente llevan el nombre de un titular, actual o remoto, de la cátedra, o de un docente de renombre que está o estuvo en la misma, y más por nostalgia, admiración, devoción o costumbre se convierte en el libro de referencia de forma casi perpetua.
Y aquí vale la pena aclarar que no siempre es la cátedra la que sugiere el libro. Sino que el estudio del mismo viene propagándose entre los alumnos, convirtiéndose en una especie de paradigma: tal materia se estudia de tal libro.
Por otro lado, también es cierto que circulan algunos apuntes de mucha menor seriedad de los cuales prefiero no opinar.
Si bien es cierto que hay distintas calidades de “libros de cátedra”. La mayoría tienen algunas características que juegan en contra a la hora de la formación. Algunas vinculadas con la realidad que como país nos toca. No es lo mismo encarar el trabajo cuasi colosal que implica editar un libro en Argentina que en centrales, con un poder y solvencia económica claramente mayor.
¿Por qué no me atraen los libros que suelen llamarse, mal o bien (no reflexiono sobre esto), de cátedra? Bueno, hay varias razones.
Empiezo por las más importantes que son dos: carecer de Bibliografía y Periodos de actualización extensos.
En primer lugar muchos de los libros que se nos recomiendan carecen de bibliografía, sobre todo los de semiología, lo que reduce aún al más brillante texto a la mera opinión del autor del capítulo. Con respecto a éstos, los mismos clínicos brillantes, que nos deslumbraban, que disertaban y discutían en maravillosos ateneos, argumentando con evidencia y justificando cada conducta y decisión, a la hora de enseñar semiología nos dejaban sin evidencia.
En segundo lugar la mayor parte de los libros de medicina argentinos, no todos, tienen un periodo de actualización (si es que lo tienen) mucho mayor a 2 años, por lo cual la información en un capítulo, por brillante que sea, por bien narrada, suele resultar demasiado desactualizada al momento de la consulta. Pongo un ejemplo más que elocuente: la fisiología de Houssay. Si bien en la bibliografía recomendada por la cátedra constan Guyton, Best y Taylor, Berne-Levy, Ganong, entre otros… la mayoría de los estudiantes se inclina casi religiosamente por el Houssay. Es en verdad un librazo desde el punto de vista de contenido e incluso tiene bibliografía. Estuve mucho tiempo en la ayudantía de Fisiología y conozco a muchos de los autores de capítulos, algunos de ellos son investigadores de renombre y de la más alta calidad científica, humana y académica, a los que admiro profundamente, que trabajan en uno de los centros de investigación más serios y prolíferos que tiene la Facultad: el Centro de Investigación Cardiovascular, que funciona en el segundo piso ala La Plata. Sin embargo su última edición (la séptima) es 2000. Si bien muchos de los conocimientos básicos están bien desarrollados (aunque también es cierto que es poco didáctico, difícil de leer), muchas cosas están desactualizadas.
Vuelvo a decir que la tarea ciclópea y el esfuerzo que implica llevar adelante un libro de texto de la magnitud del Houssay se dificulta significativamente en Argentina. Sobre todo cuando las personas que lo realizan son profesionales más que atareados, que se desempeñan en la docencia, en la práctica clínica y en la investigación, sea clínica o básica.
Otros cosas poco deseables de los libros de los que solemos estudiar son las que menciono a continuación.
Están escritos por médicos o investigadores, muchos de los cuales carecen de la adecuada pedagogía para la transmisión del conocimiento, lo que se traduce en capítulos de una complejidad laberíntica, casi borgiana. Lo cierto es que no alcanza con ser un excelente médico para escribir el capítulo de un libro… esta verdad se olvida con frecuencia. No solo en la forma de escribir, en la redacción, si no también en el formato de la página, en los colores del texto y las imágenes, en la presencia de cuadros, conceptos destacados, etc. Cosas que pueden parecer banales, pero que sin embargo facilitan el aprendizaje.
Si uno analiza los libros de medicina argentinos siguiendo un esquema básico para el estudio de cualquier patología se encuentra con lo siguiente (repito, hablo en general). Destaco algunos de los puntos más relevantes a mi humilde entender.

Definición de la enfermedad o síndrome en cuestión:
Carecen de una clara definición, si es que la tienen, de la problemática.

Epidemiología:
Por si misma difícil en Argentina.
Suele ser escasa y desactualizada. Si bien lo anterior es verdad, es cierto también que cualquier dato epidemiológico en Argentina, por escaso que sea, es más que relevante. Ya que permite cotejarla y descubrir las abismales diferencias con la mencionada en los libros globalmente reconocidos que solemos utilizar (de origen en EE.UU. o Europa), ya hablé en otro comentario de esto mismo.

Fisiopatogenia:
Aquí está uno de las mayores falencias, en muchos casos la concepción propuesta es casi mágico-religiosa, en algunos casos inexistente. Un enfoque racional de buena parte de la clínica y la terapéutica requiere de conocimientos fisiopatológicos. Sin ellos nos limitamos a memorizar signos, síntomas y drogas.

Clínica:
Aquí, ciertamente, nos lucimos. La semiología es nuestro punto fuerte, al menos en la teoría (en la práctica muchas veces no pasa lo mismo, también se habló en otro artículo de este blog: Elogio del Examen Físico, por el Dr. Pedro Politi). Adecuadas descripciones clínico/semiológicas, amplias descripciones de signos, síntomas, síndromes. Existe cierta tendencia al “nombre propio”.

Diagnósticos diferenciales:
Suelen presentarse muy por arriba, si es que están presentes…

Métodos auxiliares de Diagnóstico:
Si bien suelen estar desactualizados, nos aproximan a la realidad país.

Tratamiento:
Y bueno… si la semiología es de lo mejorcito que tienen nuestros libros de medicina, la terapéutica suele dejar mucho que desear.
No hay planteo de objetivos terapéuticos en la situación de salud. Es decir que se da un fármaco sin saber qué esperar del mismo y que debe esperar el paciente.
Habitualmente se pasa directo a la numeración de principios activos (en algunos casos marcas comerciales), dosis diarias y duración de tratamiento.
Habitualmente no se habla del monitoreo del paciente y se mencionan, muy a vuelo de pájaro, algunos efectos adversos.
No hay casi datos de eficacia y al no haber bibliografía, cualquier estrategia se reduce a una opinión… se incluyen, muchas veces, frases como “en nuestra opinión” o “nosotros hacemos esto u aquello”…

¿Qué pasa con los teóricos?… Aquí la realidad es más complicada y perniciosa para la formación del alumno. Lo cierto, aunque se diga lo contrario o no guste, es que algunas veces a uno le queda la amarga sensación de que le han tomado casi de memoria lo que se dió en los teóricos, y que cualquier desviación de ese conocimiento, digerido y procesado, que uno intente es poco respetado o tenido en cuenta. Independientemente de la calidad del teórico es una conducta de cierto cinismo, poco deseable, y trunca la libertad y el pensamiento crítico del alumno de forma notable. A tal punto llega esto, también lo he dicho como comentario en otro artículo, que muchas veces el alumno termina estudiando lo que le van a tomar y no lo que le resulta útil para la práctica clínica (cosa que no siempre van de la mano). Es decir,desde el punto de vista práctico, lo que se toma define lo que se estudia
Un ejemplo harto conocido es el siguiente comentario pre-examen:

- Si te toma anemias Juancito tenés que decir esto, si te toma Pedrito esto otro y se te toma Pablito tenés que decir las dos cosas…

Si una de las cosas que se quiere erradicar con la MBE, o al menos limitar, es la subjetividad de las decisiones y conductas… esto, contrariamente, las arraiga generando errores y vicios que se arrastran casi perpetuamente como verdaderos paradigmas intocables.

También es cierto, y lo vemos con frecuencia, que muchas veces al decir al alumno que fundamente su postura (¿de dónde sacaste eso?) se amparan clericalmente en un rotundo “lo dijo el Dr. X” en el teórico. Volvemos a lo mismo: la teórica es una guía… analicemos al menos un libro.

Con respecto a esto también es cierto lo siguiente: los conocimientos no solo varían de profesor a profesor, sino de materia en materia.
Para algunas enfermedades creo recordar haber estudiado al menos 3 tratamientos distintos según la materia que estuviese cursando. La verdad es que es inevitable cierta subjetividad en el conocimiento humano, pero creo que no corresponde al alumno de pregrado cargar con las consecuencias de la falta de consenso.
De las dos anteriores surge una carga a veces difícil de costear y de consecuencias negativas para el estudiante: ya son extensos los conocimientos antes de un final, uno tiene que agregar las consideraciones subjetivas que los multiplican, muchas veces, por dos o por tres.
Es decir, repitiendo, si bien es lógico y entendible que las distintas áreas de la medicina difieran en algunos conceptos, con sus fundamentos, teorías y evidencias, con sus aciertos y sus errores… esto tiene que ser un problema de cátedras, que no debería llegar al alumno… que frente a la diversidad de tratamientos para una misma patología termina sin aprender uno en profundidad.
Otros de los hábitos perniciosos que es más que cotidiano, es la existencia de apuntes, resúmenes o carpetas realizados por dedicados estudiantes que están disponibles en las mejores fotocopiadoras. Suelen ser un resumen del libro con notas o anexos de los teóricos de la materia en cuestión. Suelen estar escritos a mano, con horrores de ortografía y redacción, con la acentuación y multiplicación de todos los vicios mencionados en “libros de cátedra” y “teóricos”. Si alguien quiere usarlos para repaso, no estaría mal, sin embargo lo cierto es que muchas veces terminan siendo la fuente principal.

En fin, la situación no es tan distinta de la que se plantea en la UBA.

A veces se plantea como solución, con la mejor intención del mundo, que el alumno lea de varios libros, que actualice con artículos de los últimos años, etc.
Sin embargo, a veces sucede que un alumno de pregrado, que cursa varias materias y que además realiza otras actividades (trabaja, por ejemplo), vinculadas o no con la medicina pero necesarias para su vida (económica o espiritualmente hablando) no tiene tiempo de hacer una búsqueda bibliográfica de cada tema o de comparar distintos libros… lo cierto es que muchas veces, incluso los más aplicados, apenas llegan a leer críticamente el capítulo de un libro… con suerte.
Es decir, independientemente del volumen que sea capaz de leer antes de la clase teórica o práctica, creo que lo más importante en pregrado es generarle la intriga, hacerle ver que hay cuestiones que no se resuelven en los textos, ayudarle a cuestionar, fomentar el pensamiento crítico (el innerput, del que se habló en otra entrada: Salvavidas para no ahogarse en un mar de información. Que el “Innerput” deje de sufrir, por Diego Fiorelli), que aprenda a preguntarse e invitarlo a resolver esas cuestiones. Encender esa chispa que le va a servir durante la carrera... pero lo más importante es que va a trascender a la misma y va a servirle toda la vida.

Cito una frase que me pareció maravillosa, de Cesar a su hijo Comodo, en la película Gladiator:

"Tus defectos como hijo son mi fracaso como padre"

A veces se acusa de no pensar, de ser comodista o tantas otras cosas al alumno.
Ciertamente no creo que la mayoría de los estudiantes de medicina sean tan comodistas. Ciertamente alguien que estudia medicina no es comodista o tiene un concepto más que particular de cómo serlo…
Si bien, como permite entender la frase que cito, el alumno tiene algo de responsabilidad en sus errores… ¿Nosotros aceptamos nuestros defectos u omisiones como docentes? La repetición de teóricos en finales o parciales o la existencia del fantasma del libro de cátedra como fuente primordial, cuando suceden, claramente gritan que no…
Tengo varios años en ayudantías y muchas veces resulta más fácil y genera un engordamiento de la propia ética y moral decir “cada vez saben menos”, “cada vez piensan menos”, “cada vez leen menos”, “cada vez vienen con peor base” que buscar las causas y tratar de dar una solución. Digo que engorda la propia moral porque decir que alguien piensa menos, lee menos, es comodista es adjucarse a uno mismo lo contrario: pensar más, leer más y ser más trabajador y dedicado. Tal vez sea una forma de excusarse y limitar las propias responsabilidades. He escuchado a ayudantes decir, ante la ignorancia de un tema de secundaria, “yo no me voy a poner a explicarle regla de tres simple”… y la verdad es que si el tipo no lo sabe, es lógico que cualquier conversión de unidades, de dosis equivalentes o lo que sea vinculado con la regla de tres le cueste horrores o le resulte imposible…no es culpa del ayudante, es cierto, pero tal vez, solo tal vez sea bueno bajar la cabeza, poner los pies sobre la tierra y explicarle una vez y que entienda después…
Pongo un ejemplo extremo. He necesitado aclarar, no sin cierto escozor, que un 1 metro tiene 100 cm y 1000 mm… si, doloroso… pero aquella persona no lo sabía o no lo entendía o lo había olvidado, o lo que sea, y no podíamos avanzar en la clase. Qué opciones tenía: enojarme, inmolarme por la desidia del sistema y suspender el práctico, dejándolo que siga con la duda o, contar hasta 10, y de la mejor forma que me salga aclarar la duda y ayudarlo a entender…
Por otro lado: ¿No será que muchas veces no tienen o no les dejamos otra alternativa? Y es ese estar entre la espada y la pared el que se confunde con comodidad… Muchas veces se cursa desde las 8 de la mañana hasta las 19hs, muchas veces en puntos separados remotamente, incluso llegando algunas veces hay superposición de cursadas de materias en sitios distintos. Eso cansa y muchas veces uno llega a la casa y el tiempo útil es escaso… Al otro día tengo parcialito… son las 21hs, estoy reventado… me encantaría, pero la verdad que no llego a leer críticamente el libro… ¿qué otras opciones tengo?
No justifico a nadie, tampoco acuso a nadie, como ya he dicho no creo que señalar con el dedo sea un tipo de solución… pero a veces atribuir al comodismo como único determinante de que los alumnos no sepan o no lean es demasiado simplista. Y por cierto, creo que es cargar con un yugo (“no piensan, son comodistas, prefieren todo en bandeja”) a una población vapuleada y maltratada de por si (la prevalencia de desórdenes de ansiedad y depresión es mayor en medicina con respecto a la población en general, e incluso con respecto a cualquier otra carrera o ciencia de la salud)… Sobre todo cuando todavía no aprendimos a hacer un mea culpa lo suficientemente objetivo.

¿Cuál es podría ser una propuesta o cuál sería una forma de solución a este problema complejo que tiene múltiples determinantes?
Darle a cada cosa su lugar.
El estudiante y los docentes tenemos que entender que los teóricos y los libros de cátedra, más allá de cualquier juicio moral, solo son una humilde guía en el laberinto de la información. Que a veces sirve tener un libro globalmente reconocido como referencia. Pero lo más importante es que el alumno comprenda (por lo cual el docente tiene que tenerlo más que claro) que tiene que leer críticamente, tiene que aprender a cuestionarse, a preguntarse y saber qué muchas de las respuesta que necesita, como estudiante o médico, las va a tener que salir a buscar a otra fuente (que hay diversas, de diferente calidad, que sepa diferenciarlas, etc.).

No importa tanto el cuánto sino el cómo…
Tal vez Borges nos quiera decir algo de eso en la Utopía de un Hombre que está cansado:

-Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que vivo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer.

El siguiente esquema es más que imperfecto, pretende ser ilustrador. Faltan muchas materias relevantes, pueden gustarles o preferir otros libros, pueden no compartir la organización, puede parecerles, incluso, un mamarracho… No pretende ser nada de eso. Es solo un esquema.
Metafóricamente en la imagen represento “el árbol del conocimiento médico”. Pusé la imagen de los libros que primero encontré: está el Harrison como libro de medicina interna, bien podría estar el Farreras, el Cecil o cualquier otro. Repito: es conceptual.


En un primer escalón se representa a las ciencias básicas, las raíces. En un segundo escalón , el tronco, las clínicas y la farmacología, la patología como nexo entre las básicas.
Finalmente, lo que quiero expresar es lo siguiente. El árbol del conocimiento solo llega a su plenitud, a extender su copa, amplia y abarcadora, después de que los pequeños brotes nacieron y crecieron… Esos brotes son el pensamiento crítico, el aprender a preguntarse y a responder con evidencia esas respuestas.
Finalmente.
Quizás en lugar de centrarnos tanto en el libro debamos fomentar esos brotes… Quedará en cada uno responder si lo estamos haciendo.
Diego A. Marino

*No quiero dejar agradecer a las personas que se tomaron el trabajo de revisar y criticar el borrador, cuyos aportes y enseñanzas superan, siempre, lo que personalmente pueda aportarles.

GRACIAS.

domingo, 21 de febrero de 2010

Fuentes de información: desafío para médicos y estudiantes

Este artículo viene motivado por intercambios con estudiantes de Medicina (UBA) sobre la nociva y extendida práctica de promover apuntes de lamentable calidad técnica, científica y didáctica como bibliografía de algunas materias de la carrera (por las buenas, o a veces mediante coacción: "es lo que se toma").

Un autor de tales apuntes se defendía: "Sería diferente si tuviera tapa dura?". Buena pregunta.

Algunos estudiantes, muy responsablemente, reconocían que era un camino de ida y vuelta, de responsabilidades compartidas: "te ofrecen el conocimiento empaquetado de la manera en que te lo van a pedir en el examen". A la vez, admitían que estas prácticas resultan en una deficiente formación profesional.

Más allá de ser "el negocio de alguien", ¿qué elementos tiene "el apunte" o "el libro de la cátedra"?. Por una parte, depende del grado de coerción que se ejerza. Si de veras "ahí está lo que se toma"... qué limitado horizonte!. Si se le recuerda al alumnado: "en mi apunte está lo que se toma", ya hay una propuesta de transacción. Un peaje: "pagá, leé, y aprobás".

Cuánto cambia el panorama una tapa dura y una buena encuadernación? No cambiaría la coacción.

Y si se trata de un texto globalmente reconocido como de referencia (ej, Goodman & Gilman en Farmacología), con el que el docente no tiene compromiso comercial? La respuesta facilista es: "todo esto debo leer?". Sí, todo esto y más. Y qué?

Finalmente, qué rol tienen los libros de texto en la era de Internet? Ocupan una parte. Forman un basamento. A completar, siempre, con la lectura y análisis crítico de trabajos originales. Y si uno está muy perdido, comenzará por una revisión, para llegar a los trabajos originales.

Para los médicos y médicas: la perspectiva suele partir de un desafío clínico - un caso complejo, o una situación no bien conocida. El abordaje útil es recurrir a una puesta a punto (libro de texto reciente, o mucho mejor, una revisión de los últimos 2 años en formato electrónico, a texto completo). Una vez identificados los temas relevantes, se ahonda la búsqueda, a través de la base biomédica más amplia del planeta: www.pubmed.com. Con suerte e inteligentes estrategias para seleccionar las palabras-clave, aparecerá un puñado de ensayos clínicos relevantes. O sólo uno... o ninguno. Puede ser el inicio de una aventura de descubrimiento. Es posible escribir un e-mail a los autores de un trabajo relevante: generalmente, la respuesta no se hace esperar. Pensamiento en red. Las recomendaciones de paneles de expertos (vaya a saber "a quién sirven cuando alzan las banderas") son de la más baja relevancia posible. Casi como "a propósito de un caso". Ciencia y arte, pero con prudencia, y con fundamento en todo lo posible.

Invertimos tiempo y esfuerzo en nuestra formación profesional. Es nuestro compromiso con nosotros mismos, nuestros pacientes, y la sociedad.

No a la estafa. Ocupémonos de nuestra formación.

Saludos,
Pedro Politi