En primer lugar, permítanme presentarme: soy Diego Fiorelli, alumno del curso anual de Farmacología del Dr. Pedro Politi. En segundo lugar, le agradezco al doctor por el espacio compartido. Y es justamente “compartir” (opiniones, críticas, información, ideas y un largo etcétera) lo que nos convoca a los usuarios de blogs. Esta actualización será acerca de los grandes volúmenes de información que recibimos y como nos comportamos frente a esa situación.
Para ello, hacemos uso del artículo publicado por el Dr. Jim Taylor (Doctor en Filosofía o Ph.D) titulado “Less input, more innerput”. En éste, se hace consciencia sobre los peligros que acarrea manejar la información en forma descuidada, es decir, “pasarle por arriba”, “echarle un vistazo”, “quedarse en la superficie de la información recibida”, etc. El Dr. Jim se hace con un nuevo término: el llamado “Innerput”, el cual representa el proceso del pensamiento en respuesta a la información ingresada (o sea, el “input”), e incluye la comprensión, síntesis, juicio y las decisiones. Luego de ese procesamiento de datos, viene la salida (el “output”) que puede ser, aceptar o no la idea, tenerla en cuenta o “borrarla” por creer que no nos será de utilidad. Entonces, la información es solo una herramienta, y su valor es limitado si no hacemos un correcto innerput, por lo cual, solo a través de este mecanismo podemos integrar, asociar y “linkear” (si se me permite el término) la nueva información a nuestra base de datos para luego hacer uso de ella. Teniendo en cuenta lo anterior, es fácil detectar las consecuencias lapidarias de un análisis incorrecto o escueto de los datos, por ejemplo, leer un ensayo clínico sobre un nuevo producto farmacéutico sin desmenuzar su diseño, sus datos estadísticos, su repercusión socioeconómica, quienes financian, y otros aspectos relevantes, lo cual, ulteriormente nos puede llevar por el sendero de conclusiones equivocadas que terminen dañando, como siempre, al paciente. Y qué sucede cuando eso mismo se repite a una escala donde las decisiones afectan poblaciones enteras (como podría ser el ministerio de salud)…
Entonces, recomiendo leer el artículo del Dr. Jim y verán que a lo largo del mismo, resulta inevitable hacer “puentes” con la carrera de medicina que tanto nos atañe.
-¿Estamos entrenados para poder asimilar correctamente los grandes volúmenes de información o agachamos la cabeza ciegamente y estudiamos lo que nos dicen?
-¿Sabemos distinguir la información adecuada de aquella que no lo es?
-¿Cómo sería la carrera de Medicina (por ejemplo) si su diseño hubiera tenido como objetivo principal el innerput y no las trabas político económicas?
Es hora de más innerput y pensamiento crítico o bien, sufrir las consecuencias… “ibupirrapapapa pa pa pa pa…”.
Saludos, Diego.
Totalmente de acuerdo con vos y con el Dr. Jim.
ResponderEliminarJustamente este domingo salió en Radar de Página 12 toda una serie de comentarios sobre cómo Internet está afectando la forma de pensar y cómo este nuevo acceso a la información modifca la capacidad de incorporar y procesar semejante cantidad de datos. (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5855-2010-01-18.html) Algunos de los que escriben se animan a preguntar qué está pasando con la educación, que está ignorando toda esta transformación.
Ya hablando más de la carrera de medicina en la UBA, es llamativo que siendo internet la principal herramienta para acceder a información actualizada sobre temas médicos no tengamos, salvo contadas excepciones, clases sobre búsqueda y análisis de bibliografía médica en internet. Clases sobre innerput en definitiva. Piensan acaso nuestros docentes que deberíamos esperar a que se publiquen (y traduzcan en algunos casos) libros, o comamos de la mano de los visitadores o expositores de grandes congresos sin la agudeza necesaria como para poder leer entre líneas y sacar nuestras propias conclusiones.
Un ejemplo concreto de lo expuesto en el articulo del Dr Jim lo representa otro articulo publicado en The Oncologist en 2006 (http://theoncologist.alphamedpress.org/cgi/content/abstract/11/1/31) que pone en evidencia como la mayoría de los oncologos encuestados luego de haber asistido a ASCO 2005 no podian aplicar correctamente la información a la que habían accedido.
Pablo
Gracias, Diego, por tu contribución: un verdadero llamado a la reflexión sobre cómo nos manejamos en el "océano de información". Un colega lo expresó de este modo: "hay demasiados datos, y poca información".
ResponderEliminarEl esfuerzo de procesar la información, analizarla críticamente, y extraer conclusiones, está a la base de la responsabilidad médica. Al menos, en los aspectos intelectuales de nuestro compromiso.
El comentario de Pablo señala que por muchos factores (básicamente, poco tiempo disponible para hacer un buen trabajo intelectual, pero también por otros), los especialistas también muestran limitaciones a la hora de interpretar y analizar los resultados de ensayos clínicos en su área de conocimiento.
Quien se adueñe de "las cabezas" - que a su vez manejan a "las lapiceras", habrá creado un imperio.
¿Podremos resistir? ¿Seremos capaces de realizar nuestro trabajo?
Saludos,
Pedro
Pablo:
ResponderEliminar-Leí ambos artículos que linkeaste. Muy buenos ambos. Lo único que disiento es con ese artículo que a su vez se cita, “is google making us stupid”. El problema es que habla de internet en forma general, es decir, que si yo digo “estoy en internet” es algo totalmente inespecífico, porque puedo estar jugando, chateando con amigos, o leyendo información altamente técnica. Entonces decir que internet o google te vuelve estúpido o te quita tu capacidad de atención es cierto solo PARCIALMENTE. No es lo mismo estudiar con la PC teniendo el msn abierto que con el diccionario medico o los miles de libros digitales que puedas tener en ella. La primera opción muy posiblemente te distraiga y la segunda pinta una buena herramienta.
-Estoy 100% de acuerdo con lo que planteas acerca de la carrera de medicina. Suena irracional que no se dediquen horas a fomentar la búsqueda adecuada de información y al pensamiento crítico. Luce irracional que los carteles de una facultad digan Roemmers como si fuera un sponsor (¿lo será?).
“...and the LAST thing the man behind the curtain want... is a conscious and informed public, capable of criticable thinking…”
-Nuevamente estoy de acuerdo con tu opinión sobre los libros. Al momento en que salen a la venta (ni hablar si son traducíos a otro idioma) muchos de sus datos están desactualizados.
-Gracias port u comentario.
Pedro:
-¡Muy Buena la frase!, yo uso una parecida cuando estoy leyendo un libro o artículo de esos “maratónicos” que dice así: “¿cómo pudo alguien escribir tanto y decir tan poco?”. Jaja!
Saludos, Diego.
Interesante reflexión.
ResponderEliminarLes dejo un fragmento de un cuento de nuestro genial Borges, que ya hace alusión al problema.
"Me tendió con cuidado un ejemplar de la Utopía de More, impreso en Basilea en el año 1518 y en el que faltaban hojas y láminas.
No sin fatuidad repliqué:
-Es un libro impreso. En casa habrá más de dos mil, aunque no tan antiguos ni tan preciosos.
Leí en voz alta el título.
El otro rió.
-Nadie puede leer dos mil libros. En los cuatro siglos que vivo no habré pasado de una media docena. Además no importa leer sino releer. La imprenta, ahora abolida, ha sido uno de los peores males del hombre, ya que tendió a multiplicar hasta el vértigo textos innecesarios."
Utopía de un Hombre que está cansado - Jorge Luis Borges.
Saludos. Diego A. Marino, estudiante de medicina, ayudante de la cátedra de Farmacología aplicada de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de la Plata.
Gracias por tu comentario Diego.
ResponderEliminarMe llamó la atención lo de Farmacología APLICADA de la UnLP.
Podrías detallar cómo se manejan y qué tipo de actividades realizan?. Me resulta interesante.
Un saludo, Diego.
Diego:
ResponderEliminarTe cuento un poco. No hace mucho la vieja cátedra de farmacología se dividió en dos:
1. Farmacología Básica: que incluye farmacodinamia, farmacocinética,fisiopatología de algunas enfermedades prevalentes y farmacoepidemiología.
2. Farmacología Aplicada: que incluye el análisis detallado de la fisiopatogenia de las enfermedades prevalentes, análisis y selección de los grupos de fármacos y fármacos particulares para cada enfermedad utilizando como guía una tabla o plantilla multiatributos en la que se consignan los datos relevantes de grupo y de cada fármaco particular, por ejemplo: farmacodinamia, eficacia demostrada para la situación particular (previo planteo de objetivos terapéuticos), seguridad, conveniencia (someramente farmacocinética relevante, contraindicaciones, interacciones) y costo). De forma tal que al final de cada tp el alumno se hace con una especie de formulario terapéutico con los datos relevantes de cada grupo y fármaco.
El objetivo principal es instaurar el pensamiento fisiopatológico en el alumno, el planteo de objetivos terapéuticos para cada enfermedad particular, el planteo de estrategias terapéuticas según fisiopatología e historia natural de la enfermedad y la búsqueda de información relevante sobre las mismas, por ejemplo en la eficacia demostrada para alcanzar los objetivos planteados.
Más allá de la cursada en si, se intenta, con sus defectos y virtudes, entregar al alumno las herramientas metodológicas para que pueda afrontar cualquier situación de salud.
Todo lo anterior muy resumido.
Hay mucho para hablar e intercambiar.
Te dejo la página de la cátedra, que empezamos armar el año pasado, faltan subir muchas cosas y hay muchas ideas que iremos concretando con el tiempo.
http://www.farmacoaplicada.org.ar/
Este es el mail de la cátedra:
farmacoaplicada@gmail.com
Cualquier cosa nos mantenemos en contacto por esa vía. Saludos. Diego A. Marino