La primera paciente tiene un cuadro febril desde hace 3 días. Los cultivos son negativos. Las tomografías computadas y las resonancias magnéticas no aportan datos relevantes. Los antitérmicos no sirven. Ya probamos un esquema antibióticos empírico, sin resultado. ¿Qué falta? Falta el examen físico, que descubre las típicas vesículas de disposición radicular, características del herpes zoster.
El dolor del segundo paciente es severo. Compromete la región isquiopubiana izquierda, no tiene irradiación radicular, pero alivia en decúbito dorsal. Los antiinflamatorios y los narcóticos débiles no lo calman. Se intentó con pregabalina: no dio resultado. ¿Qué falta? Falta palpar la zona isquiopubiana, que muestra un punto de dolor exquisito. Luego, las imágenes reconocerán una zona de osteolisis, secundaria a su neoplasia maligna pulmonar conocida.
La tercera paciente es una mujer que tiene tomografías normales, laboratorio en orden, y se interna para recibir su quimioterapia antitumoral por una neoplasia ginecológica. ¿Qué falta? Falta el examen físico, que descubrirá una recidiva en la cúpula vaginal, lo cual implica que la quimioterapia que recibe ha fracasado y se debe cambiar el tratamiento. Hay que darla de alta y suspender esa orden de quimioterapia (pidiendo las disculpas del caso, y avisándole al distinguido colega del "hallazgo").
Recurramos a los aforismos médicos: "una artralgia es una artritis sin examen físico", nos recuerda un antiguo texto de Reumatología (Mc Carthy DJ. Arthritis. Lea & Febiger. 1979). Los ejemplos podrían seguir. Todas son historias reales.
La tecnología diagnóstico-terapéutica es un conjunto de elementos de variada sofisticación, puestos al servicio del médico (el responsable último de orquestar el mejor uso de esas herramientas). ¿Hará falta repetir que esas herramientas no son sustituto del examen físico, de la escucha atenta ("pero Doctor, si Ud sabe que yo no tengo útero: me lo sacaron hace 15 años!"; "pero Doctor, mi hernia está del otro lado!" " le recuerdo que soy alérgica a la dipirona") y del contacto personal entre médico y paciente?
Cuando no dé más, cuando todos sus recursos hayan fallado... vuelva al examen físico. Quien no haya tenido esa experiencia, "que arroje la primera piedra". Quien no quiera tenerla, que se asegure de examinar a sus pacientes en forma completa.
Saludos,
Pedro Politi
Créditos: este artículo fue inspirado por la lectura de Verghese A, Horwitz R. In praise of the physical examination. BMJ 2009: