Ya había cursado farmacología 1 y 2 y es así que en la cursada habíamos hablado de la escasez de formulaciones de uso pediátrico para fármacos de vital importancia como los necesarios para el tratamiento de HIV1 o tuberculosis…
Pero esta vez afuera de las aulas, necesitábamos digoxina en gotas para una beba de dos meses en mi familia que nació con una comunicación interventricular y debía esperar hasta tener 4 meses para ser sometida a una cirugía. Eso nos llevó a un océano de averiguaciones en farmacias privadas, hospitalarias y laboratorios de aquí y allá adonde escuche todo tipo de respuestas, desde un desinteresado “No tenemos stock y no sabemos si tendremos”, hasta las contestaciones que rozaban la parodia o el absurdo: “No le puedo dar información sobre donde conseguir esa droga pediátrica, esto es una farmacia que pertenece a un hospital pediátrico”; todos indiferentes a mi explicación de que había una bebe con una patología grave y SIN su medicación. Por otro lado, también recibimos ofertas de “preparaciones magistrales” de inestimable biodisponibilidad o, proveniente de un laboratorio situado en un hospital nacional de pediatría, la propuesta de resuspender comprimidos para administrar un preparado en polvo de propiedades farmacocinéticas igualmente inciertas, con el conocido riesgo de sobredosificación y consecuente intoxicación especialmente en este caso en que hablamos de digoxina.
Pero para tomar conciencia de la magnitud del cambio necesario, revisando un poco la información descubrimos que el descuido por lograr las dosis adecuadas no es algo que pase solo por estas orillas, en Estados Unidos por ejemplo hay numerosos casos reportados que indican que hay sub- o sobredosificación con fármacos de venta libre administrados a niños , pero hay al menos una diferencia, la FDA tomo cartas en el asunto2 (¿No somos cada vez mas los que nos preguntamos si ANMAT no podria hacer lo propio?) .
Mis palabras no apelan al golpe bajo de la emocionalidad, es así que me apuro a contar el final feliz, que tras 9 días de vanos intentos el cardiólogo infantil tratante consiguió la medicación.
Lo que sí quisiera es dejar algunas preguntas: ¿Cuanto mejor nos sentiríamos si esto funcionara de un modo más justo?... ¿O no empieza a sonarnos a todos que muchas de las drogas en falta de stock, en lo formal “Drogas Huérfanas”, son aquellas que ya no arrojan enormes ganancias a la industria farmacéutica? (El costo del frasco gotero de 0,75 mg/ml de la digoxina en este caso era de $17,173), como tantas “Enfermedades huérfanas” detrás de las cuales hay pacientes huérfanos de atención y cuidados .
Cuanto mejor funcionarian las cosas para medicos y pacientes,y por un claro efecto expansivo para TODOS, si pudieramos contar con la intervención de nuestro ente regulador ANMAT para que exija que todas las formulaciones aprobadas (especialmente las pediátricas) estuviesen continuamente disponibles, so pena de sanciones.
Sí, hay muchas injusticias, sí muchas veces puede que parezca que somos impotentes ante tanto poderío de otros, pero personalmente creo que como futura médica es un DEBER ocuparme de estar informada sobre esta situación y desde nuestro lugar tratar de reclamar o promover un cambio…
No me resigno a perder las esperanzas de que todo pueda ser mucho mejor, en palabras de Ernesto Sabato: “Hay días en que me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras manos. Éste es uno de esos días”4.
1- Fuente: http://www.cdc.gov/globalAIDS/docs/program_areas/pmtct/Peds%20Dosing%20Guide.pdf
2- Fuente: http://www.nytimes.com/2010/12/21/health/research/21awareness.html?_r=1&emc=eta1
3- Fuente: http://www.alfabeta.net/ (Para frasco gotero Digoxina Lafedar 18/02/2011)