jueves, 3 de febrero de 2011

La enseñanza de la Medicina, según el Dr House

La exitosa serie televisiva "Dr. House" presenta un paradigma del "héroe imperfecto" o "dañado": aquél que tiene defectos importantes y conductas que generan una mezcla de aprecio y rechazo. En esta serie en particular, el protagonista apela al sarcasmo, la manipulación, el engaño y la burla de la ley, casi sistemáticamente; maltrata a los miembros de su equipo, se burla de los pacientes, y sin embargo, el libreto busca subrayar que lo hace en la búsqueda de "lo mejor para los pacientes". En otras palabras, plantea el mito del médico que se cree por encima de todo: una especie de divinidad, que enarbola una causa ante la cual todo y todos deben ceder. No sorprende que este tipo de profesional, con pésimas relaciones interpersonales, sea un desastre a la hora de ejercer la docencia ante estudiantes de Medicina: en un episodio, dos jóvenes estudiantes son despachadas a "levantar una historia clínica" como forma de eludir la responsabilidad docente de guiar y motivar.

Sin embargo, la grata sorpresa llega en uno de los últimos episodios de la primera serie (2004), titulada "Tres historias", en la cual el Dr House es forzado por la decana a dar una clase teórica sobre diagnóstico clínico. En la misma, House plantea tres casos simultáneos de pacientes que consultan por agudo e intenso dolor en el miembro inferior, advirtiendo que la vida de alguno estos pacientes podría estar en peligro inminente, pero que las estadísticas y las impresiones iniciales podrían ser engañosas y hacer perder la oportunidad de una intervención apropiada y efectiva. House guía a los estudiantes en forma áspera, burlona y despectiva (ningún mérito en ese abordaje) pero a medida que se plantean los problemas, se llega a momentos de decisión y se asiste a los resultados, irrumpe el drama de las personas y sus dolencias, humanas limitaciones, sesgos y esperanzas. "Por qué motivos vale la pena vivir, mentir, o morir?", ésa es la pregunta que mantiene en vilo a los estudiantes - y a los colegas de House, que no quieren perderse esta "clase", que describe en uno de los pacientes su propia peregrinación ante una dolencia dramática e infrecuente.

El Dr. House, con todas sus humanas limitaciones, aún puede enseñarnos varias cosas positivas. Nos interroga sobre "para qué estamos", si estamos listos para hacernos cargo del lugar que ocupamos (con o sin el guardapolvo médico puesto), y si registramos que nuestras decisiones (e indecisiones) tienen un tremendo impacto sobre la vida de otros - y la propia.

En Medicina, "todos aprendemos, todos enseñamos". También el Dr. House.

Saludos,
Pedro Politi

1 comentario:

  1. Comparto la reflexión. De hecho es la única serie medica que aprecio ver de tanto en tanto. Les eludo por proximidad.
    Medico de familia del sur

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