sábado, 30 de abril de 2011

¿Qué duele más? ¿Ver sufrir al Otro o asumir responsabilidades? Descubra su umbral para el dolor...

Hola!
Me gustaría compartirles una experiencia que tuve en el hospital en el que estoy haciendo la UDH.
Resulta que hace unas semanas nos tocó hacerle la anamnesis a un paciente de 81 años internado por haber cursado un infarto agudo de miocardio, concomitante a una insuficiencia cardíaca. A todo este encuadre clínico, se le superpuso una constipación de cuatro días de evolución, para lo cual los médicos le habían administrado una batería de laxantes sin tener éxito alguno hasta el momento en que lo vimos.
Así fue como comenzamos el interrogatorio, el cual rápidamente se convirtió en una escena patética entre nuestras preguntas "para hacer la tarea bien" y los gemidos del dolor que sentía este señor por los retorcijones de sus intestinos.
Frente a esta situación, pregunté si no podían aliviarle el dolor y me respondieron que de hacerlo, tendrían que interrumpir el peristaltismo y retrasarían aún más la evacuación.
Volví a mi casa y avergiüé: ¿existe la combinación terapéutica laxante más analgesia?
La respuesta es sí.

Entonces, analizando esta penosa e injusta situación, se ven distintos niveles de conflicto.
Desde lo más fácil y superficial.
Hay que aclarar que el manejo puntual del dolor en este tratamiento laxante implicaría el uso de tres fármacos al mismo tiempo, lo que exige saber acerca de tres dosificaciones, tres espectros de efectos adversos y posibles interacciones. Si de esto no sabe un médico, quién más? Imperdonable.
En otro nivel, si son tres fármacos versus uno “con un poco de dolor”, la segunda opción es claramente más barata. Le echamos la culpa al subdesarrollo, al pami o a los gobernantes? Imperdonable.
Yendo un poco más profundo, hay una participación directa de los médicos que aceptan al dolor como componente escénico del paciente internado. Hay un margen de sufrimiento y quejosidad esperados, desatendidos e ignorados. El umbral de reacción para iniciar una terapia analgésica está demasiado alto. ¿Es un sesgo de la trajinada y desbordada práctica médica? Con mirarle la cara, la postura o preguntar “¿algún dolor?” alcanza. Este punto se entiende mejor haciendo la analogía con lo que nos pasa a todos cuando vemos a una persona tirada en la calle durmiendo, sumida en su miseria irrevocable. La mayoría aprende a negarlo rotundamente. Tanto, que podemos pasarles por al lado hablando por celular a los gritos diciendo “No! Pizza de cebolla no! Mejor napolitana! La de cebolla me deja mal aliento!”. Aunque ambas posturas negadoras e ignorantes son reprochables, la del médico con el dolor del paciente es absolutamente imperdonable. Si uno piensa que no tiene forma de ayudar directamente al tipo que duerme en la calle, no puede aplicar la misma lógica con el paciente que está atravesado de dolor. Tenemos las herramientas para hacerlo y a la brevedad.

En todos los niveles, el factor común de lo que falta es el sentido del compromiso y la responsabilidad.
Propongo un agloritmo para el cambio de actitud y perspectiva.
Primero, sensibilizarse en el tema y estar atentos al sufrimiento del otro (ver más películas tristes con pacientes terminales si es necesario). Si hay dolor, molestias o quejas, buscar la manera de aliviarlo inmediatamente.
Si nos encontramos justificándonos en la inacción y falta de tratamiento, buscar rápido un baño con espejo y mirarse un rato con la pregunta “¿Si yo no me hago cargo, quién se va a querer ocupar del dolor de mi paciente?”. Si usted se responde “otro”, quédese en el baño más tiempo frente al espejo. Si se responde “el yo médico”, salir del baño y movilizar los medios para acceder al tratamiento (esto incluye informarse).
Si no logra decir “yo” y sigue diciendo “otro”, quédese en el baño y no salga más. Le haría un favor a la medicina decadente.

Gracias por su atención.

Maia Kalstein

8 comentarios:

  1. Felicitaciones, excelente entrada para el blog.

    Saludos,

    Diego.

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  2. La fantástica Maia Kalstein...

    Qué duro es el salto de los libros a la medicina real, no?

    Lamentablemente, de toda la cursada de semiología el aprendizaje más grande que uno se lleva es que no todo el que tiene título puede llamarse médico.

    De todas formas, no hay que dejarse quitar la fuerza! No somos tan pocos los que queremos cambiar algo...

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  3. Muy bueno Maia!
    Estoy totalmente de acuerdo con vos.

    Es triste ver como un cirujano de un hospital de renombre nos enseña "... y para el dolor del quemado grave, le damos CLONAZEPAM." Perdón doctor, como dijo? Clonazepam? "Si, eso dije"... "Y por que dan eso y no un analgésico potente?" "Porque nosotros damos eso"

    Esa es la medicina que tenemos hoy en día y que por suerte, todavía a algunos nos duele.

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  4. Ciertamente el dolor suele subtratarse, olvidando las implicancias tanto médicas, como humanas. Un paciente con dolor, luego de una cirugía torácica o abdominal, por poner un ejemplo, como mecanismo antálgico respirará superficialmente y con dificultad, ni hablar de toser, lo que entorpece significativamente el clearence mucociliar con sus posibles consecuencias: tapones mucosos, atelectasias, infección, etc.
    Con respecto a lo humano, muchas veces se omite algo elemental que consta incluso en la definición de dolor, que lo define como una experiencia subjetiva, displacentera y PENOSA... Se suele enfocar la terapéutica a la esfera somática, obviando la emocional... Ese adjetivo, tan intenso y cargado de connotaciones, trata de transmitir el carácter de trágico del dolor (que junto con la noción de muerte, con la que muchas veces va de la mano, se arraigan filosófica, religiosa y existencialmente en lo más profundo del hombre).

    Si bien son situaciones muy distintas las que comparás, la solución podría confluir (con algunas diferencias) en educación y accesibilidad.
    Educación adecuada y continua del médico (con todo lo que esto implica, muchas veces no solo es falta de voluntad o vocación, muchas veces la mala remuneración lleva a que el profesional deba trabajar en múltiples lados para asegurarse un pasar aceptable y eso lleva su tiempo, restándolo de la formación… ojo que no lo justifico, sino que son explicaciones para ciertas observaciones), por otro lado la accesibilidad a buena información (lo cual hoy en día, contrariamente a lo que suele pensarse, no es tan sencillo por diversas razones, ej.: un millón de artículos de mala calidad, que expresan resultados engañosos con métodos estadísticos difíciles de interpretar y con sesgos e intereses que no se dan a conocer a los que se puede acceder libremente es similar, o incluso peor, que dos poder acceder a artículos de buena calidad).
    Con respecto a la persona en la calle (aquí la solución es intuitivamente más interdisciplinaria, ojo que no digo que la del médico solo implique al médico…) debería garantizarse el acceso igualitario a la educación y a oportunidades laborales que le permitan una vida digna y humana.
    También, a mi entender, las dos situaciones implican cambios críticos, no solo de la medicina, sino de la sociedad en su conjunto. Cambios profundos, no solo un cambio de antifaz…

    Aprovecho y les dejo un audio, en homenaje a ese gran Hombre, el maestro, que hoy se nos fue… se fue sin el nobel de la dinamita, pero lleva el Nobel de la gente que lo ha leído y querido a través de su pensamiento y sus palabras: http://bit.ly/k8A7AG

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  5. Gracias Maia Kalstein por el magnífico comentario, adhiero a su indignación, puesto que he sido ablacionada dos veces por FA paroxística, luego de la primera de ellas hubo derrame pericárdico de moderado a severo, y luego de la segunda (un año después, en otro Centro), sufrí fuertes dolores en el pecho las horas posteriores al procedimiento, imposibles de soportar, tuve que pedir varias veces que se administrasen calmantes más fuertes, y la sensación de mis familiares fue que los profesionales y enfermeros/as en general descreían de la gravedad de los síntomas, más allá de que los parámetros en cuanto a la FA, flutter y taquicardia eran ANORMALES. O sea, "puse el cuerpo" 2 veces (2009 y 2010) y todavía estoy esperando una respuesta a los cotidianos episodios, que suman ANGOR y al que no le están prestando la debida atención. Como paciente me he sentido y me siento muchas veces desconsolada, abandonada por los científicos a mi libre albedrío. El último comentario fue: "bueno, ahora está en tus manos decidir si implantamos el marcapasos.... el angor y todo el resto es a causa de la fibrilación".... a pesar de que a veces sé que no tengo en ese momento, los episodios de esta especie de "angina inestable" me tienen muy preocupada. Tengo 56 años, comencé con episodios de arritmia cerca de los 30 años, y realmente quisiera todavía hacer muchas más cosas con mi vida.... pero este estado físico no me lo permite.
    Será que desde la desaparición de prohombres de la medicina como el Dr. René Favaloro, el Dr. Liotta y otros grandes, se ha comenzado a minimizar los síntomas del paciente y sus preocupaciones y DOLOR????
    Qué pena. Espero que esto revierta. Debo hacer interconsultas antes de dar un paso tan serio como la implantación del marcapasos, el estudio de Cámara Gamma dio bien el resultado, la irrigación es normal aparentemente, pero el ANGOR existe y el DOLOR y opresión retroesternal (hasta la mandíbula y la espalda) y la disnea, confusión mental, etc. no cesan.
    Espero no seguir quedando con esta sensación de incomprensión. Lamento que la medicina haya adoptado la forma de EMPLEO CORRIENTE y se base en saber qué Clínica les ofrece más o qué Hospital los beneficia con horas extras por guardia.
    He sentido incluso dejadez e ironía algunas veces.
    Hago votos por un sustancial cambio.
    Gracias por sus NOTAS, fuente de esperanza para gentes en mi situación.

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  6. Aclaro que soy esposa de médico (que obviamente no es cardiólogo) y no estoy buscando una solución a mi problema, lo que he expresado en la nota recién escrita es mi consternación por el estado de desatención en que se encuentra el paciente en la actualidad.

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  7. Maia, tienes mucha razón en lo que dices. Ahora pienso que los prefesionales de la salud en general, especialmente los de cuidados intensivos y urgencias. Se vuelven seres totalmente insensibles.

    A mi parecer, no entienden que los pacientes no van por gusto a una clinica, es por una necesidad. Por amor a la vida.

    Es sistema de salud debe planear alguna estrategía, para que su personal crea y entiendo a los pacientes.

    En Colombia, el sistema de salud no va por buen camino. Aunque en cierto sentido ha mejorado. Veo con tristeza esta imagen que es en si, muy frustrante.

    El personal médico esta realmente cansado, no solo los doctores. Tambien sus enfermeras y auxiliares. A muchos no les agrada su trabajo o sus condiciones. Y descargan su frustración en un trabajo mediocre e insensible.

    Un Gran Saludo desde Bogotá.

    Sergio Q.

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  8. Maia, tienes mucha razón en lo que dices. Ahora pienso que los prefesionales de la salud en general, especialmente los de cuidados intensivos y urgencias. Se vuelven seres totalmente insensibles.

    A mi parecer, no entienden que los pacientes no van por gusto a una clinica, es por una necesidad. Por amor a la vida.

    Es sistema de salud debe planear alguna estrategía, para sensibilizar a su personal.

    En Colombia, la salud no va por buen camino. Los dirigentes tienen desangrado el sistema. Veo con tristeza esta situación, que es muy frustrante.

    Me perdonan los profesionales de la salud que realmente aman su trabajo, lo que escribo no es contra ellos.

    El personal del sector salud esta realmente con un animo muy bajo, no solo los medicos. Tambien sus enfermeras y auxiliares. A muchos no les agrada su trabajo o sus condiciones laborales. Y descargan su frustración en un trabajo mediocre e insensible. No los culpo a ellos. Los culpables son los gerentes que malgastan el dinero de la salud, en lujos y banalidades. En vez de en su gente.

    Un Gran Saludo desde Bogotá.

    Sergio Q.

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